Gastronomía
Junto al paisaje y la alegría, difícilmente podrá resistirse a un aperitivo tan sabroso como la aceituna de mesa bien aliñada, al estilo tradicional de Alozaina, al sabor recio de la sopa hervía, alimento de pobres a la altura del más lujoso paladar, al calor vivificante de la sopa de caldo por encima, a la agridulce contumacia del potaje o de la berza o el empedraillo de chícharos, ideal para quienes buscan sensaciones encontradas; platos fuertes que pueden ser endulzados con una exquisita repostería presidida por la energía del pan de higo y la carne de membrillo o por la finura, con resabio morisco, de las rosquillas de arrope y miel.